PASA A LEER PEQUEÑOS RELATOS, POEMAS Y DE... TODO UN POCO

jueves, 14 de noviembre de 2013

INUNDAS...


Inundas cada poro de mi cuerpo;
llenas mi alma de gozo.
Cuando estoy en tus brazos, 
me olvido del mundo,
aunque sólo sea en mi mente.

Inundas mi espíritu con tu luz, 
a pesar que todo a mi alrededor 
se esté desmoronando, 
se esté convirtiendo en un caos,
necesito tenerte conmigo... 

Inundas todo mi ser; con tu exquisito
perfume, ese que llevo a todas partes...
Ese, que me recuerda tu presencia 
a cada instante, hasta en los momentos, 
en que quiero que desaparezcas 
de mi corazón para siempre. 

Porque inundas cada espacio de pies a cabeza...
Y aunque no quiera...
Te espero con ansias noche tras noche.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Quieres comportarte como una adulta?

¡Ño!

¿Cuantos de nosotros quisiéramos volver a ser niños?
Por lo menos a mi, ¡Me encantaría!. Volver a esa tierna parte de mi vida... En que era una niña inquieta y parlanchina, aunque sea por un día dejar de ser una adulta, llena de preocupaciones, responsabilidades, con penas, otras con alegrías y solo... Jugar y jugar sin nada mas en mente.
Cuando era una niña todo carecía de importancia. Lo que si tenia importancia eran las vacaciones, las navidades, esas en que aseguraba ver a Papa Noel con su carruaje y sus renos surcando los cielos, lleno de regalos, ¡Que inocencia aquella!, ver todo lo que me rodeaba, con ojos de una ingenuidad total.
Así como tengo bellos recuerdos, otros no lo son tanto. Llega desde lo profundo de mi cerebro, unos que estaban justamente así, en lo profundo... Habían muchas cosas que siendo pequeña ignoraba y a medida que fui creciendo, comencé a entender. Como por ejemplo, recuerdo el momento exacto en que mi madre perdió la razón, se fue a otro plano, no reconocía a nadie, ni siquiera a su única hija, como muchas veces me he dicho a través de los años... Se encontraba en una especie de letargo mental, finalmente la tuvieron que internar en un psiquiátrico y mi tutora, una mujerona rechoncha y siempre de mal humor, no encontró nada mejor que instalarme en casa de unos padres sustitutos - Esto será hasta encontrar algún pariente que se haga cargo de ti - dijo y lo mismo creí yo, no fue así, eso duró varios años, aproximadamente desde los cuatro hasta los once años. Un día de aquellos, llegó a casa en la que vivía "Feliz", con la familia que me acogió, una señora, que resultó ser mi tía, hermana de mi madre, como ella permanecía aún en ese horrible lugar, era la única familia que me quedaba y podía hacerse cargo de una niña que a esa altura, era de lo más rebelde, fue terrible constatar que ni siquiera la recordaba, siempre eramos mamá y yo. Debo añadir que mi convivencia a su lado ha sido tranquila y feliz, ella se esforzaba al máximo para suplir mis carencias y tratar de hacerme olvidar los episodios tristes de mis cortos años. Lo único que me ha rondado a lo largo de estos años, es saber el motivo por el cual mi madre, decidió darse por vencida y escapar de todo. Lamentablemente esa respuesta se fue con ella... Tengo la convicción que en más de una vez en las tantas visitas, me reconocía, lo presentía por como me observaba. Pasó lento muy lento el tiempo y esperaba que mejorara, nunca pudo salir de ese lugar y finalmente murió una noche demasiado oscura para mi gusto y con una tormenta espantosa.

La vida muchas veces es demasiado rara para entenderla por completo, tiene planes ocultos e imposible de descifrar en su momento y esto es para cualquier ser humano, ahí es donde está el secreto, tener la suficiente madurez y sabiduría para sacar lo mejor de lo que nos acontezca, sacar los aprendizajes necesarios, que nos lleven a ser mejores personas, torcerle un poco la mano al cruel destino en que algunos de nosotros caemos, no dejarse vencer, saber levantarse en todo momento y superar las adversidades...

Para terminar, ¡Que no les quiero dar más la lata!. Les escribiré y de paso les enseñaré, una canción; que mi madre entonaba alegremente, con su melodiosa voz, mientras se recostaba bien pegadita a mi, una que otra noche cuando no podía dormir y que a su vez, les he cantado a los míos cuando no pueden conciliar el sueño, de forma innata la canto muy bajito en mis noches de insomnio y desvelos. Ahí va, el título es:

 "Caballito Rayado"

Caballito rayado
llévame de aquí,
llévame a mi pueblo,
donde yo nací,
yo no me llamo caballo...
Cebra me llamo yo
y éstas rayitas negras
Dios me las pintó.

En el transcurso de estas líneas sin querer volví... A ser una pequeña niña.

Gracias por llegar al final de este relato. Abrazos por montones ♥♥♥♥