Estaba observando la lluvia caer
a través del ventanal, ensimismada totalmente en el torbellino que
era mi mente, de pronto una voz imponente me volvió a la
realidad.
― ¡Déjalo ya! Da vuelta la página de una vez, ¿acaso no entiendes que todo terminó, que te saca de su vida cuando se
le antoja? ― Me dice Irene, con rabia en la voz.
― No sé
a qué te refieres - Contesté cansada ya, por enésima vez de esta
reprimenda.
― No
voy a permitir que te hagas la desentendida nuevamente...
― Pero
si no lo hago.
― ¿Ah
no? Si pareces muerta en vida, acaso todavía no entiendes que tu
siempre has sido mi cable a tierra? Me duele muchísimo ver lo que
haces contigo, de verte triste y esperanzada por algo que ya no tiene sentido, ¿dónde
está tu orgullo, tu amor propio?
― No sé
de que hablas, estoy bien, no me pasa nada, todo en mi vida está en calma ahora.
― ¡Mentirosa!
se qué esperas que él te llame, que al fin se de cuenta que te necesita, ¿acaso
no te dije desde el principio que esta relación no funcionaria? ¿por qué
no me escuchaste? Si solo quería ahorrarte lo que estas padeciendo en
este momento.
― Agradezco que te preocupes por mi, pero en la vida, uno debe tomar sus propias
decisiones y riesgos, los cuales te ayudan a ser mejor persona cada día, no
lo juzgues de esa forma, sabia cuales eran las condiciones en
esta relación, fui la que se enamoró. Ahora tengo cosas más importantes de
que preocuparme.
― Bah!
lo que pasa es que crees que todo el mundo es bueno, cuando será
el día que entiendas que allá afuera hay seres
humanos egoístas, sin alma, sin empatía, en definitiva sin amor o por el
contrario si tienen, es tan poco que ni les alcanza para entregar a otro?. ¡Cuando!
― Te pido
que no hables de esa forma, creo en el alma humana y tengo la convicción de
que... Querer es poder.
― Lo
que pasa y siempre te lo he dicho; eres demasiado ingenua, que la humanidad
tome consciencia? ¡Ja! por favor Sofía, si ahora mismo tienes el corazón hecho jirones por
un hombre que no tuvo piedad con tus sentimientos; ¿hasta cuándo veras amor
donde no lo hay?
― ¡Basta
Irene!, te lo pido... Estoy embarazada ―largué de sopetón.
― ¡Cómo!, creo haber escuchado mal.
― No,
no escuchaste mal, estoy embarazada ―pensé que a Irene
le daría un ataque cardíaco y caería en cualquier
momento a mis pies, menos mal que eso no sucedió,
estaba pálida como el papel.
― No
puedo creer que mas encima hayas sido tan irresponsable ― reprochándome.
― No es justo que me crucifiques de esa forma, ya paso, no hay forma de volver el tiempo atrás y aunque pudiese, no borraría nada, ahora debo mirar hacia delante, velar por el bienestar del ser que llevo conmigo, eso es todo lo que te puedo decir.
― No es justo que me crucifiques de esa forma, ya paso, no hay forma de volver el tiempo atrás y aunque pudiese, no borraría nada, ahora debo mirar hacia delante, velar por el bienestar del ser que llevo conmigo, eso es todo lo que te puedo decir.
― Perdóname,
no fue mi intención, eso es justamente lo que
debes hacer preocuparte solamente de estar tranquila por el bebe, si ya quiero
ver a ese puntito correr por doquier, quiero abrazarle, escuchar su voz. Y por supuesto
ser su Nina, ¿me dejas?
― Siempre y cuando no te pongas pesada ―nos
miramos y largamos sonoras risotadas, eso ayudo a disolver en gran parte lo tenso del ambiente ―Tienes razón en varias cosas - dije
con resignación ―Prometo sacarlo definitivamente de mi corazón;
pero sabes al igual que yo; que eso no será del todo verdad, tendré a mi
puntito, como llamaste a mi hijo, recordándome el resto de mis días lo que
hubo entre nosotros. Debo darte dos noticias mas ―con un hilo de voz ―Una
es, que él llamo desde el aeropuerto ayer, para despedirse, viajaba rumbo a Kenia,
lo enviaron a hacer un reportaje de varios meses o tal vez más tiempo, por lo
menos eso juega a mi favor ― dije ―La otra noticia es que me voy a vivir
a París, en este país no hay nada que me ate y quiero echar
mis raíces lejos, por lo menos eso me da la esperanza de que jamás me lo encontrare ―Comenté con un suspiro desde lo más profundo.... Casi del ser que llevaba en el
vientre.
― ¡Ah No! No puedes dejarme aquí, me voy
contigo a criar a mi ahijado, París aguante, que allá vamos ―La miré expresando mi gratitud en silencio, por su incondicional amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario